a) Secretos del orgasmo femenino

El acto sexual, cuando todo funciona bien, termina con dos orgasmos. En muchos casos, sin embargo, sólo uno de los componentes de la pareja los vive, mientras la otra, aunque disfruta del juego y el placer sexual, difícilmente alcanza esa sensación maravillosa que la hace sentir a una que alcanza un pedacito de cielo.

Las más de las veces, quien se queda con las ganas a la hora de la hora, somos mujeres (o cuando menos es una queja recurrente). Resulta que, siendo el orgasmo masculino algo más contundente y definitivo (por su eyaculación), muchas de las veces éste llega antes de que nosotras alcancemos siquiera un grado suficiente de estimulación para comenzar a sentir eso que habrá de convertirse en un orgasmo.

Las mujeres, igual que los hombres, encontramos nuestro máximo placer sexual debajo de los chones, es decir, en clítoris, vagina y útero, sin embargo, para que todo se active y nos lleve a un orgasmo legítimo, es indispensable que el cerebro forme parte del juego y, para ello, es necesario que la estimulación trascienda la zona genital. En otras palabras, no basta con el mete-mete mientras babean nuestras chichis, sino un juego bastante más complejo de seducción.

El orgasmo es una experiencia de no más de diez segundos, pero cuya intensidad provoca una nutrida cantidad de emociones simultáneas que hace que sus efectos duren bastante más. Una chica que tuvo uno o más orgasmos en la noche, además de descansar placenteramente, el día siguiente será más llevadero. Un buen orgasmo mañanero puede garantizar que una chica conserve la sonrisa durante toda su jornada diaria ¿Por qué entonces escatimarlos? No hay mujeres anorgásmicas, sino parejas que no se han tomado el tiempo para aprender a procurárselos.

Paso número uno: Conoce a tu pareja.

Para una chica promedio y a menos que se trate de un rapidín (con la emoción tratarse de un lugar público, por ejemplo), la relación no comienza con el coito. Sentirse penetrada es sólo una parte de disfrutar del sexo, pero llegar a eso sin que un buen rato de juegos previos hayan puesto todo a tono, es tan poco estimulante que hace improbable alcanzar un orgasmo consistente. Dicho en palabras masculinas, irse directo a la penetración al tener relaciones, es como comprar un boleto para una final América-Chivas, pero nomás ver el partido en el resumen de Telerisa Deportes.

A una chica hay que fajársela, besarla, averiguar qué le gusta y cómo. A la hora de ser penetrada debe estar más mojada que Chalco en tiempos de lluvias. Ten paciencia, la mejor manera de saber cuándo una mujer está lista para ser penetrada, es cuando te lo pida. Hasta antes, busca las mil y una forma de calentarla, de ponerla lista y en estado de urgencia para su orgasmo. Eso siempre lo agradecerá.

Paso número dos: Conoce su vagina

La penetración es la manera menos eficaz para conseguir los orgasmos consistentes de una mujer. La mayor estimulación que provoca el orgasmo, viene de fuera y ser penetrada, aunque estimula mucho, no es algo indispensable. Un muy buen orgasmo puede conseguirse acariciando el clítoris o la zona aledaña a él. Sin la intervención del clítoris, no existe el orgasmo femenino. Incluso el orgasmo conseguido durante la penetración, se obtiene por el rozamiento del pene o de los testículos en la entrada de la vagina estimulando el clítoris. Es muy importante entender dónde está el placer y cómo funciona para poder procurarlo. Cuando se tiene a una mujer en el punto de deseo, hay que concentrarse en consentir su vagina y, para ello, hay que buscar en sus palabras, reacciones y contoneos, las mejores señales de qué se están haciendo bien las cosas. El sexo oral, en estas circunstancias es altamente bien recibido.

Tip: Cuando una mujer está recibiendo placer y cierra las piernas o las aprieta, a modo de rechazo, es una señal de que cambies de ritmo. Cuando una mujer, sin embargo, aprieta las piernas pero te abraza o te lleva hacia su sexo, significa que vas muy bien. No pares en esos casos, porque la frustras gacho. Cuando estás con una chica y se abre más, es señal de que vas bien.

Sé generoso, regala orgasmos.