Como andar en bicicleta (1)

Ser puta es como andar en bicicleta. Al principio igual te tambaleas, le das mucha importancia y hasta puede parecerte emocionante, pero conforme pasa el tiempo, simplemente te subes y lo haces. Llega el momento en el que te acostumbras tanto a acostarte con extraños que haces concha, vas con un cliente como quien presta cualquier otro servicio, lo atiendes, te coge, platicas un rato, lo diviertes y te despides con 2,500 pesitos bien ganados en la bolsa. Se vuelve parte de una misma rutina, donde cada cliente es igual al anterior.

Y es que hay tantas formas gustosas y creativas de ser puta, que la de cobrar por coger no es sino la más simple. Ser puta no se limita a eso, es una vocación, una cosquillita, es atreverse, es que lo que a otros les importa, a ti te valga madres, es ser caliente y hacer lo que sea para apagar tus calenturas. Ser puta es no quedarse con las ganas.

A mí nunca me ha gustado quedarme con ganas de nada. Me encanta coger, y como a toda chica del siglo XXI que se precie de serlo, lo hago sin el menor remordimiento, pero la verdad es que en el arte de ser una verdadera puta, coger es lo de menos, lo que cuenta es salirte con la tuya.

Cinco

Tic, tac, tic, tac... Hace semanas que Mario no puede dejar de pensar en ella. Se han hecho amigos, él le llama todos los días y trata de mantenerse al tanto de sus cosas. Ella tiene novio, pero está pensando seriamente en dejarlo.

Mario sabe (porque esas cosas se saben) que él no es la razón del rompimiento de su amiga con ese mequetrefe, pero no deja de alegrarse, de sentir un poco de esperanza.

Ella no tarda en llegar, él la invitó a cenar. Es la primera vez que se ven fuera de una habitación de hotel... Ella llegó, como siempre despampanante: jeans embarradísimos, botas de plataforma, un body muy escotado, chamarra y el cabello suelto provocativamente. Le sonríe y lo saluda desde la entrada. En cuanto la ve, él siente unas ganas locas de cogérsela ahí mismo, frente a todos... De besarla, de apañarla, de decirle que la ama, ponerla boca abajo sobre la mesa y allí penetrarla... Se conforma en cambio, con ofrecerle una silla y preguntarle qué quiere tomar...

El tiempo transcurre normalmente, buen vino, sabrosos platos, entretenida charla. La velada está a punto de terminar. Esta vez, él no está pagando la compañía, se reunieron por el puro gusto, pero ya casi es hora de despedirse. Mario tiene la esperanza de proponerle a ella que pasen juntos esa noche. Quisiera proponerle matrimonio o pedirle al menos que sea su amante, que deje de trabajar, que cambie de vida, pero por ahora se conforma con robársela hasta que el sol los descubra. Desde luego le pagaría su tarifa por noche... Tiene mucha esperanza de un sí...

¿Qué pensará la gente cuando los ve juntos? Ella con veinte años y él, arañando los setenta... Mario sale sonriente del restaurante, Alejandra, mi amiga, le dijo que si... fueron al motel donde se conocieron. No le cobró.

Un beso
Fernanda, siempre

Cuatro

Tic, tac, tic, tac... Hace un mes que la conoció y esta es la cuarta vez que la llama.

La última vez lo hicieron de perrito, él se paró a la orilla de la cama y ella se puso en cuatro.

Le encantó tirársela con la vista de sus nalgas y su espalda.

Le encantó ver cómo entraba y salía, oír sus gemidos.

Le encantó sentir su cuerpo húmedo, sus caricias

Le encantó verla moverse como gatita en fuga

Le encantó ver su cara entre el dolor y el placer

Esa vez platicaron mucho después de coger, estuvieron juntos casi dos horas. Ella le contó cosas de su vida; cómo se inició en el negocio, qué le gusta de todo esto, qué no... cuando estaban en la segunda cogida, ella le confesó su nombre verdadero. Riiiiing...

-¿Bueno?

-¿Está esperando a alguien?

-¡Sí, que pase!

-Va para allá

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Tres

Tic, tac, tic, tac... Mismo hotel, otra habitación, poco más de una semana después.

Mario se entretiene recordando lo que pasó hace unos días, cuando la conoció. Al abrir la puerta, ahí estaba la mujer cuyas fotos prácticamente había memorizado. Un poco más bajita de como se la había imaginado, más linda también. En cualquier caso, era sin duda la misma por la que alguna vez se había chaqueteado, y ahora estaba al alcance de sus manos, de su vista, de sus besos y de sus caricias. Es muy bonita, sus ojos son como promesas y su cuerpo un ensueño, venía con una minifalda de infarto y una lencería que lo dejó sin habla. Se la chupó mejor de lo que él se hubiera imaginado. Sus besos saben a durazno y su piel a fresas. Cada que piensa en que no tarda en llegar y que podría repetirse la experiencia de la primera vez, como que le palpita la masacuata.

Esta vez la espera promete ser breve. Mario se puso de acuerdo con ella antes. Moría de ganas de volverla a ver. Acordaron lugar y hora con anticipación. De todos modos, esperarla pone a prueba sus nervios. No es lo mismo que la primera vez, él sabe que va a lo seguro, pero nada en estos tiempos realmente lo es... seguro ni el pan duro, diría mi abuela. ¿Cómo vendrá vestida hoy? ¿Estará tan rico como la primera vez?... ¿De verdad se acordará de él? Hoy Mario sólo esperó 15 minutos antes de que sonara el teléfono... Riiiiing...

-¿Si?
-¿Está usted esperando a una chica?
-¡Claro!
-Va para allá

Dos

Ella llegó casi hora y media después de que él se instaló.

Pocas cosas ponen tan nervioso a un hombre como esperar a una mujer que no conoce y que va a cogerse. Por más que haya cientos de referencias, que sepa que es guapísima, que es muy alivianada, siempre queda la duda... ¿Será cierto todo eso que le han contado? ¿Cómo me irá? ¿Qué tal me tratará?

Supo de ella hace varias semanas, le gustó por sus fotos y se obsesionó por todas las cosas que de ella decían, qué si coge de tal modo, que si la mama de tal otro. Está en sus veintes y en su rostro vive la lozanía de una mujer con puro futuro al frente. Tenía tantas ganas de conocerla, tanta ilusión. Esperarla solamente incrementaba el deseo, le daba vueltas a las palabras, a las expectativas. Todo tiene que salir bien, ella ya viene en el elevador. Ya escucha la música de sus tacones acercarse por el pasillo.

Toc, toc, toc... Él abre la puerta...

Uno

Tic, tac, tic, tac... La habitación es calientita. Mario se instaló hace veinte minutos. Hizo inventario de la habitación: cama king-size, pantalla de plasma (canal porno incluido), tocador, burós, teléfono, menú, espejos estratégicamente colocados, sanitario, regadera, jabones, champú, gorra de baño y mucha expectativa. Él llamó a una niña que le parecía muy guapa y de quien tenía estupendas referencias. "Se porta muy bien", le dijeron "Besa rico", "Es muy joven", "Parece niña", En algún lugar leyó que su piel es suavecita, que la chupa delicioso sin condón, que se queda más de la hora y que sus tetas son fenomenales, con pezoncitos rosados y paraditos como la goma de un lápiz. La llamó y se pusieron de acuerdo. Ella le advirtió que tardaría un poco, pero eran muchas las ganas que él le traía, no le interesaba tirarse a nadie más, así que confirmó, le prometió esperar lo que fuera necesario y se instaló.

Riiiiiiiing

-¿Bueno?
-¿Está usted esperando a una chica?
-¡Sí!
-Va para allá

Cosas lindas

Ja, ja, ja... Muchas gracias por decirme tantas cosas lindas. La verdad es que, aunque Yarkito es muy amable, mi recurrente ausencia no va por ahí. Me encantaría que el motivo de mis cada vez más espaciadas visitas a escribir en mi propio blog debierán ser, como dice mi querido mosquetero (bígamo por andar armando escaramuzas), a causa de un pudor de literata... es decir que a menos que lo que escriba sea digno de un novel o al menos de un pullitzer, no lo pongo. La verdad es que es por falta de inspiración.

La neta, he andado del tingo al tango y también metida en cuanto lío me encuentro. A veces parece que 24 son pocas horas para repartirlas cada día entre todos los afectos, obligaciones y aficiones. Además soy una desobligada que, si acostumbrara ir a misas, tendría que hacer mucho énfasis a la hora del "Por mi culpa, por mi culpa, por mi grandisísima culpa..." Me he portado del nabo, por eso los reyes pura chingada que me trajeran ni un méndigo cuerno retorcido... (y mi primita hasta por Tiffany quiere que pasen, yo ya si pagan mis deudas en Elektra me doy por satisfecha).

El caso es que aquí sigo... no andaba muerta, andaba de parranda. No andaba llorando mal de amores, lo de Sabina es sólo porque salió el nuevo disco y lo del protector solar, pus porque andaba cursi...

Pero bueno... Pillita de mi vida:

¿Fer que cenaste en navidad y año nuevo?

En noche buena, tostadas de pata. En año nuevo, no cené, pero comí muy bien.

¿Fuiste a alguna posada?

Nop, las posadas están pasadas de moda, yo atiendo en puros moteles.

¿Qué te regalaron en navidad?

Pura de árabe, pinche Santo Clós, se hizo el que perdió mi dirección otra vez el muy "joeputa".

¿Trabajaste en estas fechas?

Entre fiesta y fiesta, más o menos... No eres de Hacienda... ¿Verdad? ja, ja

¿Te fuiste de vacaciones, a donde?

Mi vida son unas vacaciones permanentes

¿Danos tu rutina de belleza?

Me despierto, me miro al espejo y me digo: "Ay no mames!!! ¿Quién me atropelló?" Luego sonrío y me digo: "La belleza es relativa, si me gusto yo, le gusto al mundo"

Pasanos tu dieta y tu rutina de ejercicios para estar bien buenas tardes como tú.

Comer a deshoras pura porquería, dormir mal y coger mucho... creo que es lo último lo que quema calorías... es el Siluette 40 versión petatera...

¿Viste la luna este mes? Estuvo hermosa.

Sí, hermosa... la luna enamora...

Besitos a todas y todos y gracias por ser siempre tan a toda madre...

Año nuevo, número nuevo

Pue sí, empezando el año y estrenando teléfono... No podía el 2010 comenzar sin honrar mi karma con la compañía de celulares. Así es, para variar, perdí el teléfono... así que si me quiere alguien llamar para felicitarnos por el inicio del año o para coordinar una cita (para darnos el abrazo en 3D, de bulto y con rascahuele... el nuevo teléfono fernandiano es:

(044)55 1225 7552

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A todos y todas ustedes, que desde 2006 con la puntada de las Memorias de una Geisha en el foro aquel, a la fecha aquí donde cada vez me aparezco menos, a todas y todos quienes me conocieron gracias al periódico Metro y me han seguido hatsa esta cobachita, a todas y todos los que conocen mis claroscuros, mis virtudes y mis debilidades, a todas y todos los que vienen a este pedacito de internet así pasen semanas sin que me aparezca. A todas y todos los que, con sus ojos para leer las cosas que se me ocurren, me han regalado su mano y su amistad, a todas t todos quienes han hecho suyo este espacio para amistarse, comunicarse, platicar y (por qué no) hasta romancear, a todas y todos quienes leen estas letras, participen o no de los comentarios. A ustedes, mosqueteros, reinas... a cada uno de ustedes, gracias por un año más...

Los mejores deseos para que el año que comienza sea un periodo de éxito, felicidad, amor y mucho, pero muuuucho SEXO... Un abrazo y