Voy a contarles de cuando era niña. Hoy venía acordándome de las cosas que, hace apenas unos abriles, me hicieron disfrutar al límite aquellos años. Cualquiera que me conozca desde hace tiempo sabrá que lo que definió esa etapa rosa de mi vida fueron mis travesuras. Era una diablilla de película capaz de encrespar la cabellera del más templado. Subía, bajaba, corría, trepaba, gritaba, bailaba, saltaba, cantaba… Todo en mi vida era un juego. En la escuela, traía de cabeza a cuanta maestra le tocaba lidiar conmigo y en la casa, era la congoja de parientes y vecinos. Cuando me acuerdo de mi infancia, me entra una nostalgia pícara durante la cual se agolpan en mi cabeza muchas imágenes de otros tiempos y lugares, pero si un recuerdo es nítido y entrañable, es el de entrar a mi habitación y encontrar repisas y muebles saturados de toda clase de juguetes.
Este asunto viene a cuento porque hoy, cuando llegué a mi casa arrastrando esas nostalgias, tuve a bien abrir mi armario y enfrentarme con la realidad de que hay cosas que no cambian nunca. En la estantería superior, a un lado de mi vasta colección de pornografía, dispuestos en perfecto orden, me esperaban con una grata sonrisa la infinidad de juguetes que he reunido a lo largo de los últimos años. Desde luego no me refiero a aquellos con los que engolosiné mi infancia, sino a todo tipo de dildos, bolas, vibradores, aceites, lubricantes, espejos y demás artificios para hacer más placentera la estancia en mi cuerpo y, naturalmente, para jugar. Sonreí al darme cuenta de que no he dejado de ser la niña que recordaba, pero sobre todo, al reconocer que mis travesuras y juguetes siguen siendo parte de mi vida.
Me encanta todo tipo de juegos capaces de provocarme sensaciones de placer. En mi oficio como escort, cuando un cliente me pregunta si puede usar juguetitos conmigo, acepto poniendo dos condiciones: que sean artículos nuevos y en su empaque y que me permitan conservarlos después del servicio. Esa técnica, más mi compulsión por comprar cuanta novedad en el mercado se me pone enfrente, han convertido mi armario en una verdadera exposición de sexualidad y a esta servidora, en una suerte de catadora del pecado.
Los juguetes sexuales son el más hermoso de los artificios fabricados para explorar tus sensaciones. Tienen la excepcional peculiaridad de que igual pueden aprovecharse sola que en pareja o, ¿por qué no?, en grupo. Hay para todos los gustos y vienen en presentaciones tan variadas y ocurrentes que he pensado que su límite es el de la imaginación.
9 porras y 2 mentadas:
Ja ja, a que Fer. Pues para que más sirven los juguetes si no es para aprender lo que se puede hacer con algo real.
Saludos aunque no me llama la atención contratar a una escort para utilizar juguete me parece que igual para algunos puede ser todo un reto o muy tentador.
Saludos bella dama.
Atte.
Lector Frecuente
Fernandita: Y si le tomas fotos a tus juguetitos para ver lo que te gusta????
FER SIGO INSISTIENDO CUANDO SACAS UNA PROMOCION PARA LOS JODIDOS COMO MIGUELITO URGEME
hola wuerita yo tengo un jugete para ti muaks
AY HERMOSA POR QUE ESCOGISTE ESA PROFECION, SI HUBIERAMOS FORMADO UNA LINDA FAMILIA Y AHORITA TUBIERAS JUGETES PERO DE NUESTROS HIJOS... QUE SOÑADOR NO CREEEN....
ATTE
ENAMORADO DE FER
este sapo del enamorado de fer. que pedo???? osea estas enamorado de ella jaaaaaaaaaa no te lo creo. alo mejor te gusta como coje o nose porke es caliente y sin tapujos pero no mames. we .. no estas en la realidad. xD yo decia ke me habia enamorado de una scort y si por mis huevos que me la lleve a vivir conmigo y pues q realmente pura vergaa no estaba enamorado de ella solo me gustaba cojer platicar de sexo morbosearla y de ahii... si otra cosa ahi son una dulcura puede ser. pero el caracter de ellas es ser fuerte dominante y no tienen un freno una guia o limite... asi ke ...
a mi si que me gustaria estar horas con los juguetitos y contigo que guapa eres coño!
Hola Fer!!!
Concuerdo con quien te pide una foto de tus juguetes, será muy interesante ver tu pequeña colección!!! Te mando un beso
vaya belleza por dioss
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