No estoy.
No pienso, no oigo, no veo, no sé.
Soy silencio que grita clamando auxilio, olvido.
- Cómo extraño esos labios- dice el sepulturero.
No hay alegría posible. No hay esperanza.
No existo. Me inventó Fernanda
una tarde que no tenía nada mejor que hacer.
Todo es invento de las circunstancias...
ResponderEliminarEs difícil darse cuenta en lo que cualquier persona puede llegar a convertirse, es decir, "equis" persona puede llegar a convertirse en un narco, una prostituta, un secuestrador, etcétera, por simple invento de las circunstancias q a uno lo rodean y más difícil es ver q no hay más opciones q las dichosas circunstancias, solo queda un camino y ese es uno mismo.