Así pasa...

-¿Te gusta?- Pregunta el cliente. Me está acariciando la espalda y, efectivamente, se siente rico. Yo estoy recostada en su hombro, con mi cabeza acurrucada en el hueco que forma su cuello. Él tiene su brazo debajo de mí, formando una mullida almohada y con las puntas de sus dedos bordea mi espalda. Hace unos minutos hicimos el amor. Estoy cansada, pero tengo que ver a alguien en unas horas.

Él me da un beso en la frente, yo le devuelvo uno en la mejilla. Huele rico, muy rico. Cierro los ojos.

Cuando despierto seguimos agazapados en la misma posición. Él respira suavemente. Ya amaneció. ¡Caramba! Nunca me había quedado tan jetona en una cita de trabajo.

Me paro en chinga, me visto a mil por hora y salgo por piernas… Mira nada más, un servicio de toda una noche y el condenado pagó sólo una hora… Bueno, pero ni modo de cobrarle por dormir… ja, ja, ja ¿Cómo le habrá quedado el brazo? No creo que más dormido de lo que yo me quedé...

3 porras y 2 mentadas:

Anónimo dijo...

Fer, plz un favor, checas mi blog, a ver que te parece. planeo hacer una crónica de mi vida como cliente, te pido que tu la revises, por que quisiera en un corto plazo, escribir sobre tí. bueno, cuando junte lo del servicio, jajaja ok, esto es lo que quiero ue cheques http://vidasputas.blogspot.com/2008/07/comenzando-por-el-principio.html

Craneo Rojo dijo...

Pues que suerte....

Buena para uno y mala para el otro . . .

Saludos

Anónimo dijo...

Mmmmmm, ahora sé porque no llegaste a mi cita esa vez jijijiji. No es cierto, pues qué bueno por el cliente que tuvo la fortuna de dormir con una belleza cómo tú.

Saludos!