Lección cinco, segunda parte. A seguirle dando...

Ya vamos acercándonos al final de este breve ¿curso? ¿prontuario? Lo que sea. No la hago de emoción.

Dejo para su lectura y reflexión la segunda parte de lo que, sobre el tema, publiqué en Metro el pasado 15 de enero, a ver qué les parece:

“…les platicaba de mi opinión respecto a las tres cualidades que debe tener una persona para poder considerarse bueno en la cama. Quedamos que eran intuición, atención y disposición. Las primeras dos, las platicamos a partir de un muy buen polvo (como dirían en la madre patria) que me eché con un supuesto primerizo, pero quedamos de hablar de la tercera en la columna de hoy, así que va mi mejor esfuerzo.

Hace tiempo tuve un cliente que me platicó que había tomado la decisión de irse de putas porque había descubierto que su esposa le ponía el cuerno y, como no quería divorciarse y no tenía tiempo para andarse buscando una amante de planta, mejor había resuelto tirarse profesionales. Me contó que ya casi no lo hacía con su esposa. Después de la conversación pasamos a la parte chingüengüenchona de mi negocio. Nos denudamos y nos metimos a la cama. Él, de inmediato se puso el condón y dándome apenas tiempo de untarme una gota de lubricante, me penetró tendida sobre mi espalda. Hundió la cabeza en la almohada y me montó por menos de dos minutos con un movimiento frenético de descarga, más como si estuviera desazolvando que cogiendo. Se vino rápido, con un pujidito seguido de un suspiro profundo, se bajó de mí, se acostó boca arriba y le sobrevino un leve ataque de tos que calmó encendiendo un cigarrito.

No le dije nada. Seguimos conversando por un rato, luego se levantó y se fue. Supuse que no le había gustado o algo así, de modo que imaginarán mi sorpresa cuando volvió a llamarme y cuando, después de un tiempo de verlo con cierta regularidad, se convirtió en algo así como un cliente asiduo. Decía que le gustaba mucho, pero siempre me hacía el amor exactamente de la misma manera. Creo que él no habría encontrado diferencia alguna si en vez de a mí, se hubiera en una de esas tirado a una Fernanda inflable.

Conforme nos fuimos conociendo se fue estableciendo más confianza, de modo que una buena tarde de aquellas, tuve el chace de platicarle mi teoría esta de las tres “ciones” del buen fornicador. En especial con él, conversamos de la disposición, que no es otra cosa, en materia de sexualidad, que la cualidad de estar apto y listo para cualquier cosa que pueda hacerte conseguir placer.

Son características de la disposición: la creatividad, la asertividad y la variedad (las tres “dades”).

Ser creativos en la cama es importantísimo. No se trata de inventar el hilo negro, sólo de buscar lo que nos gusta y hacerlo. Lencería, disfraces, fantasías, representaciones, fetiches, palabras, juegos, películas, aparatos, dildos, masajes, caricias, tríos. Todo se vale.

La asertividad consiste en estar preparados siempre para decir que sí a una propuesta sexual y también para decir que no, cuando de plano la idea no nos late. El caso es estar capacitados y aptos para escuchar lo que sea sin prejuicios ni mojigaterías y hacer lo que nos plazca. Que nada nos ofenda, pero que hagamos sólo lo que nos va a gustar.

La variedad es fundamental. Como le pasó a mi cliente ¿qué mujer no buscaría un relevo si se la cogen así todos los días? Mal, rápido y exactamente de la misma forma. Yo sentía como si en lugar de hacerme el amor, estuviera llenando un tanque de gas estacionario. Lo platiqué con él y, entre risas, fuimos tratando nuevas cosas y mejorando en mucho la forma en la que hacíamos el amor. Nos seguimos viendo por un buen rato y cada vez lo hacía mejor. No sé que tanto le sirvió el cambio en su forma de coger o sí le habrá servido para mejorar el asunto con su esposa, pero cuando menos hace un buen rato que no me llama y eso es señal mínimo de que tiene dónde descargar sus energías.

No digo que esto tenga que funcionar ni es algo que haya sacado de una aburrida enciclopedia, simplemente son las cosas que me han funcionado para tener un buen desempeño en el colchón. Igual a cada quien le funcionan cosas distintas, el caso es no quedarse sin disfrutar plenamente algo tan rico como el chaca chaca.

Yo no soy sexóloga ni nada que se le parezca. Todo lo que escribo es a partir nomás de mi experiencia de campo. Cojo mucho, de modo que algo he de saber, así que no se tomen muy en serio mis dizque teorías, nomás son opiniones de lo que a mí me ha funcionado y, hasta eso (modestia aparte), creo que en esto del sexo soy, digamos, como un hombre con mucho dinero pero que sólo tiene una pierna, es decir, “cojo rico”.


Ay los dejo, a ver qué opínan...

Besos
Yo

3 porras y 2 mentadas:

KAOS dijo...

Que onda FER!!...

Antes... Felicidades!!.. y despues... buena odisea la que nos cuentas en este pequeño relato. Aún quedaban opciones, o regreso a descargar con la esposa o se consiguio a la Fer de inflable... total que esperemos de algo hayan funcionado las lecciones...

SAludos
KAOS

Unknown dijo...

Me parece que eres demasiado modesta en tus autocalificaciones acerca de tus conocimientos.

No importa si tienes o no un aprendizaje formal, en cualquier profesión (no ciencia) se puede constatar que el conocimiento teórico sin el práctico no sirve casi para nada, por eso no se quiere contratar a estudiantes recién egresados.

No se si esa autodescalificación la hagas por evitarte discusiones y problemas con un posible lector que se suponga sepa del tema (porque seguro no es por inferioridad), pero calma... ¡No estamos en EU y no te van a demandar!

Craneo Rojo dijo...

Debo decir que en esta ocasion me has dejado de a seis.

Creo que le has puesto palabras a algo que yo tenia en la cabeza, en una idea difusa y sin mucho sentido, la verdad es que te felicito por la manera en que expresas tus ideas.
Estoy haciendo lo posible por estar en el evento del 15, pero aun no puedo confirmar mi asistencia.

La verdad es que me encantara conocerte en persona, creo que eres una chica genial.

Un beso